A menudo me topo con la pregunta “¿por qué se gasta tanto dinero en mandar “cosas” al espacio?” y muchas veces seguida de “¿no sería mejor gastar ese dinero en otras cosas?”. ¿Merece la pena gastar en cosas del espacio? La respuesta fácil es sí.
La respuesta difícil es: levántate por la mañana, suena el despertador, la electrónica que compone el despertador se ha desarrollado en gran parte para aligerar los voluminosos ordenadores que deben dirigir los cohetes y calcular las trayectorias. El ordenador del Apolo 11 hacia pocas cosas, pero las hacia bien y se desarrolló mucha electrónica para poder ponerlo en marcha. Aun así, era menos potente que tu móvil (sea cual sea tu modelo). Así que, si usas el móvil de despertador, como yo, también es gracias al programa espacial.