La soyuz 23 es una de las misiones mas impactantes, si hablamos de sobrevivir a la adversidad. Como siempre, las historias de Hazañas en el cosmos, terminan bien, pero esto no significa que sea fácil.
La Soyuz 23, era una misión hacia la estación espacial Salyut 5 en la que viajaban dos cosmonautas Vyacheslav Zudov y Valery Rozhdestvensky.

Tras el lanzamiento el 14 de octubre de 1976, la nave completó varias orbitas a la tierra para ir aproximándose a la estación espacial para completar el acoplamiento. Este el punto donde se torció la misión.
Al acercarse a la estación espacial, un mecanismo automático se encargaba de ir corrigiendo la trayectoria de la nave para que “toque” a la estación en el punto preciso para realizar el acoplamiento. Este mecanismo falló y la nave la Soyuz, interpretando que llevaba otra trayectoria, trató de corregirla de forma automática, desviando la nave de su ruta y gastando mucho combustible.
Como resultado quedó lejos de su objetivo y sin combustible suficiente para realizar un intento de acople manual. En este punto solo quedaba volver a casa. El problema es que habían perdido la ventana de reentrada. Esto es como el momento justo para reentrar y caer donde quieres, ya que aterrizar en Estados Unidos en plena guerra fría, no era apetecible. Para no quedarse sin energía, hicieron algo parecido al Apolo 13, y apagaron todos los equipos no indispensables, incluida la radio.

Esperan a la siguiente ventana y empiezan la maniobra que se realiza el 16 de octubre. Las zonas de posible aterrizaje son amplias, ya que dependen de muchos factores y, en este caso, cayeron a 150 km de la zona prevista. Lamentablemente sobre un lago, el lago Tengiz.
Un poco de suerte, el lago estaba helado, por lo que la nave quedó en la superficie. Sin embargo los efectivos de rescate no llegaron a tiempo, el hielo se quebró por el peso de la cápsula, por lo que ésta se empezó a hundir. La cápsula de la Soyuz está preparada para flotar, lo que en un principio supuso un alivio para cosmonautas y equipo de tierra, pero el paracaídas, que seguía enganchado a la cápsula, se mojó y su peso tiró de esta hasta el fondo del lago helado. Los cosmonautas cerraron la válvula de aire que se abre a llegar a tierra para respirar aire fresco y apagaron todos los equipos incluida radio, que ya no vale de nada, y calefactores para ahorrar energía y usarla en los filtros de CO2 y así mantener más tiempo el aire respirable. En el exterior estaban a 22 grados bajo cero.
El rescate tardó algo más de lo previsto, las balizas que dejaron los cosmonautas, no se veían con la niebla y las balsas de goma se atascaban el hielo y el lodo. Se trató de llevar vehículos anfibios en helicóptero, pero éstos no fueron capaces de llegar al hielo. Al mismo tiempo la cápsula se movía por el fondo del lago arrastarada por las corrientes. Tras probar varias estrategias, un equipo de buceadores logró llegar a la cápsula y enganchar unos cables para izarla con un helicóptero. Otro contratiempo, el aparato no pudo con el peso de la cápsula, por lo que tuvo que remolcarla hasta la orilla, arrastrándola por el fondo.

Finalmente, los cosmonautas fueron rescatados tras pasar dos días en órbita y más de 24 horas bajo el agua helada.
Lamentablemente ninguno de los dos cosmonautas pudo resarcirse de la misión fallida, ya que esta fue la única misión para ambos.
El destino quiso que el cosmonauta Valeri Rozhdestvensky, se hubiese formado previamente como buceador militar, gracias a los cuales ambos estaban ahora vivos y secos.
Quizá esta sea la historia para otra película. Ahí lo dejo por si algún productor lee esta entrada.