Tal como contábamos aquí el 5/9/19, un incidente entre Starlink y la ESA acabó con una publicación de la ESA en la que se mencionaba que la Agencia Europea realizó una maniobra en su satélite para evitar la colisión.
El 21 de noviembre, hemos sabido a través del mismo portal SpaceNews que se esta trabajando para atajar este problema.
Curiosamente, Matt Desch que trabaja en Iridium, que es otra constelación de satélites de comunicaciones, nos dejó un comentario “peculiar”, “movemos nuestros satélites una vez a la semana de media y no hacemos un comunicado de prensa para decir a quien rodeamos”.
Aunque las llamadas telefónicas, son el principal y más seguro método de coordinación, se quieren poner en marcha otros sistemas.
La ESA quiere, según Francesca Letizia, ingeniera en la Space Debris Office de la ESA, poner en marcha un concurso en que se dará acceso a los investigadores a datos históricos de las misiones para estudiar las conjunciones (acercamientos) con la esperanza de hacer que técnicas de aprendizaje automático identifique las mejores maniobras en las aproximaciones.

Mientras SpaceX que tiene mucho que decir cuando maneje la mitad de los satélites en órbita, o incluso más, dice que está dando a sus satélites la habilidad evitar los choques por si solos, mandándoles información sobre los posibles encuentros y con datos de su propia ubicación. SpaceX dice que ya han realizado 21 maniobras automáticas desde mayo de 2019.
El último Informe de Medio Ambiente Espacial de la ESA, señala que solo el 15-25% de los satélites en órbitas terrestres bajas se desorbitan deliberadamente dentro del plazo establecido de 25 años. Recordemos que en orbitas bajas, los satélites cavarán cayendo si existe rozamiento atmosférico, es decir, que solo caen los que naturalmente lo harían, muchos que necesitan el “empujón final, no lo reciben.
Aunque todo esto se materialice, aun nos queda un problema grande, literalmente. Las ultimas etapas de los cohetes quedan en órbita. Posiblemente haya cientos de objetos de hasta 8000 kg entre los 775 y 975 km de altura y en mayo, dos de ellas pasaron a tan solo 87 metros una de la otra y a 14 km/s de velocidad relativa.
Ojalá estas iniciativas se materialicen pronto y podamos gestionar el espacio con cabeza.